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INSTALACIÓN DE 3 CALDERAS DE BIOMASA DE 2,6 MW PARA EL ABASTECIMIENTO DE ENERGÍA TÉRMICA DE 237 VIVIENDAS EN VALLADOLID

La planta de generación y gestión de energía térmica mediante biomasa en la Comunidad de Vecinos GRIAL, es una instalación referente para SMI en el mantenimiento de instalaciones térmicas.

Para SMI ha supuesto un importante trabajo de superación debido a que hasta que comenzamos a realizar el mantenimiento de esta instalación, nuestro ámbito en biomasa se limitaba a potencias pequeñas.

La instalación, propiedad de RÍOS RENOVABLES, proporciona en régimen de venta de energía calefacción y ACS a 237 viviendas.

Cuando SMI se hizo con el control y la gestión de la instalación, su estado era bastante deficitario. El aspecto de la sala de calderas ponía de manifiesto un mantenimiento deficitario que se había transformado en una disminución importante del confort en las viviendas afectadas, surgiendo constantes reclamaciones por parte de los vecinos.

Las calderas instaladas en la sala son tres calderas modelo BIOFIRE del fabricante HERTZ, de potencias 600 kW una de ellas, y 1000 kW las otras dos. La potencia total es más que suficiente para abastecer todas las demandas de energía térmica de la Comunidad.

El estado de funcionamiento de las calderas era crítico debido a la suciedad acumulada en la chimenea, cámara de combustión e intercambiador de calor. Además, partes vitales de las mismas, como los alimentadores, los medidores de presión en la cámara de combustión y su propio sistema de limpieza, el sistema de encendido, el ciclón de decantación de volátiles… no se encontraban en buen estado.

El sistema de almacenamiento de combustible (silo), así como los elementos de transporte hacia las calderas (tornillos sinfines), también presentaban incidencias sin resolver y problemas estructurales que impedían un funcionamiento continuado de la instalación.

En concreto el silo tenía instalado un sistema de suelo móvil mediante pistones hidráulicos que comenzaba a presentar daños estructurales, en parte debido a los daños causados por la humedad proveniente del canal del río Esgueva, cercano a la instalación y que eleva de forma importante el nivel fréatico en la zona.

El sistema de transporte de combustible se paraba constantemente debido a la existencia de de daños en las piezas mecánicas, rodamientos y sinfines, además de un deficitario control de los tiempos de movimiento y parada debido a la falta de observación y limpieza durante el mantenimiento.

Por otro lado, existían distintos elementos hidráulicos de la instalación (bombas, vasos de expansión, válvulas de seguridad…) que presentaban incidencias generadas por una mala gestión y distribución de la energía generada por las calderas. La presión de la instalación no era estable durante las variaciones de temperatura, lo que obligaba a rellenar constantemente de agua nueva el circuito hidráulico para obtener un aceptable funcionamiento de la instalación.

Toda esta situación derivaba en un perjuicio importante tanto para la propia instalación, como para los usuarios finales.

Las labores realizadas por SMI comenzaron con un análisis pormenorizado de los elementos de la instalación, al mismo tiempo que se fueron resolviendo las incidencias surgidas durante el funcionamiento diario de la instalación, garantizando el servicio a los usuarios.

Se actualizó lo concerniente a la normativa anti-incendios y de seguridad laboral, y se centró el trabajo en resolver las incidencias de las calderas, limpiándolas exhaustivamente y cambiando las piezas dañadas (sondas de combustible, sondas de temperatura, juntas de estanqueidad, medidores de depresión…).

Durante todo este proceso se contó con la ayuda inestimable del propietario, RÍOS RENOVABLES, cuyo conocimiento de las calderas y de los sistemas instalados complementó enormemente nuestra formación.

Fue necesario incluso reparar una fuga existente en el cuerpo de la cámara de combustión de una de las calderas mediante soldadura eléctrica.

Los siguientes trabajos, una vez estudiadas las demandas térmicas de la instalación, se centraron en definir los modos de trabajo de las calderas y los horarios de funcionamiento de los circuitos de calefacción y ACS hasta lograr maximizar la eficiencia.

El propietario decidió cambiar el sistema de suelo móvil por un sistema de sinfines y rampas que permitió elevar todo el conjunto 50 cm respecto al nivel original, lo que ha mejorado de forma importante el problema de humedad que llegó a dañar las bombas de achique instaladas.

Otra incidencia recurrente en la instalación consistía en constantes saltos de los diferenciales y magnetotérmicos de los diferentes elementos de la sala, que provocaban paros incontrolados en la sala de caldera, con los consiguientes fallos de suministro y riesgo para las instalaciones.

Todos los elementos de la instalación fueron comprobados individualmente (bombas, luminarias, tomas de fuerza…) hasta delimitarse las causas de la incidencia. Multitud de elementos fueron sustituidos.

Otra importante y recurrente incidencia afectaba al control de presión de la instalación. Las válvulas de seguridad expulsaban constantemente agua por estar dañadas. Esta avería se originaba debido a las múltiples oscilaciones en la presión de la instalación, que a su vez se originaba en un incorrecto mantenimiento de los vasos de expansión. Se procedió a su sustitución y se inició un plan de mantenimiento mensual preventivo que evite en el futuro nuevas averías.

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Otro problema importante y recurrente venía derivado del mal funcionamiento del sistema de transporte de combustible desde el silo hasta las calderas. Este sistema se divide en varios sinfines y cajas intermedias de almacenamiento con sensores volumétricos.

Las incidencias detectadas comprendían constantes atascos en los sinfines, saltos térmicos en los motores por exceso de carga en los sinfines, fallos en las calderas por déficit de combustible y exceso de polvo.

Para minimizarlos, se ajustaron los tiempos de funcionamiento de cada sinfín, alternando la carga de las calderas y calibrando correctamente los finales de carrera que se accionan cuando las compuertas de seguridad de los sinfines mueven combustible.

Además, fue necesario sustituir los sensores volumétricos y jugar con las alturas en las cajas intermedias hasta que se consiguió un funcionamiento óptimo independientemente del tipo de combustible (pellet, astilla o micro-astilla).

Además de todos los trabajos correctivos detallados necesarios para subsanar las incidencias recurrentes que presentaba la instalación, SMI ha realizado un trabajo de análisis y una programación eficiente del plan preventivo que requiere la instalación, tanto por lo indicado por el RITE como por los fabricantes de los equipos instalados.

Con ello hemos conseguido reducir de forma considerable el número de averías, lo que seguro aumentará la vida útil de la instalación.

Actualmente podemos sentirnos orgullosos de haber logrado que el funcionamiento de la instalación sea óptimo y eficiente, garantizando la durabilidad de los componentes y una producción y gestión térmica adecuada a los esperado por los propietarios y usuarios finales, que confían firmemente en nuestra gestión y en nuestro criterio, y a los que esperamos seguir ofreciendo nuestro servicio durante mucho tiempo.

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